La expansión de la infraestructura digital: del soporte a la minería en Texas a la renovación de Google Fi

En noviembre de 2025, el panorama de la infraestructura tecnológica experimentó un movimiento significativo con el anuncio de Cipher Mining sobre su acuerdo de colocación a diez años con Fluidstack. Este pacto, diseñado para ocupar la totalidad de los 300 megavatios de capacidad en la planta de Barber Lake, Texas, marca un punto de inflexión decisivo para la compañía. Tradicionalmente centrada en la minería de Bitcoin, Cipher busca redefinirse como un arrendador de infraestructura para inteligencia artificial y computación de alto rendimiento (HPC). Los términos financieros del acuerdo son contundentes: se estiman unos ingresos contratados de 830 millones de dólares estadounidenses, con un valor potencial de arrendamiento que podría ascender a los 9.000 millones si se incluyen las extensiones. Sin embargo, lo que otorga solidez al proyecto es el respaldo financiero de Google, que garantiza 333 millones de dólares de la deuda del proyecto, actuando como un pilar fundamental para la viabilidad de la operación.

Reconfiguración de la tesis de inversión y mitigación de riesgos

Para los inversores, este movimiento transforma radicalmente la narrativa de Cipher Mining. La compañía intenta evolucionar desde la volatilidad inherente al mercado de criptomonedas hacia un modelo de negocio más estable, basado en contratos a largo plazo con inquilinos que demandan un consumo energético intensivo. El acuerdo con Fluidstack aborda directamente el riesgo de subutilización de las instalaciones de HPC, un temor recurrente en el sector, al asegurar la ocupación total de la planta de Texas. A corto plazo, la atención se centra en la ejecución: la capacidad de entregar la infraestructura dentro del presupuesto previsto, a pesar de las pérdidas operativas actuales y la inestabilidad de las acciones. La reciente oferta de notas senior por valor de 333 millones de dólares, sumada a una aportación de capital adicional de 118 millones, vincula directamente la financiación con el catalizador principal de la empresa: convertir contratos de papel en activos operativos generadores de ingresos en un cronograma de construcción ajustado.

Evolución paralela en la conectividad del usuario final

Mientras Google consolida su posición en la infraestructura de backend financiando deuda para centros de datos, la compañía también está desplegando cambios significativos en sus servicios de cara al consumidor, específicamente en Google Fi Wireless. La tecnológica ha iniciado una actualización de su sistema de llamadas y mensajería web que modifica sustancialmente la experiencia de usuario. Anteriormente, Google Fi centralizaba llamadas, mensajes de texto y buzón de voz en una única interfaz web, similar a lo que ofrecía Hangouts. No obstante, esa integración impedía el uso de los Servicios de Comunicación Enriquecida (RCS). Para solucionar esta limitación técnica, el nuevo sistema separa las funciones: las llamadas y el buzón de voz se gestionan ahora desde un nuevo portal dedicado, mientras que la mensajería, incluido el protocolo RCS, pasa a ser gestionada exclusivamente por Google Mensajes para la web.

Nuevas funcionalidades y limitaciones del ecosistema

Este cambio estructural permite a los usuarios disfrutar de las ventajas del chat RCS, como el intercambio de archivos multimedia en alta resolución, sincronizando las conversaciones del móvil con el ordenador. Es relevante destacar que la funcionalidad de realizar y recibir llamadas a través del navegador se mantiene operativa incluso si el teléfono móvil está apagado, siempre que se haya iniciado sesión en la nueva página web. Sin embargo, esta transición conlleva ciertos matices de diseño y usabilidad. La experiencia completa está optimizada para Android, dejando de lado ciertas integraciones en iOS. Además, la gestión del historial presenta particularidades: eliminar una llamada en la web no la borra de otros dispositivos, aunque el borrado de mensajes de voz sí se sincroniza globalmente. Por otro lado, la interfaz web actual carece de la opción para eliminar múltiples registros simultáneamente, lo que podría ralentizar la gestión para usuarios con alto volumen de comunicaciones.

Protocolos de activación y sincronización técnica

La implementación de este sistema no es automática y requiere una intervención manual por parte del usuario para habilitar las capacidades RCS. El proceso implica detener la sincronización anterior con Google Fi desde la configuración avanzada de la aplicación de mensajería en el móvil y cerrar la sesión previa. Solo tras desactivar estas funciones antiguas es posible activar los chats RCS. Google advierte que los usuarios que acaben de activar el servicio de Google Fi en un dispositivo Android deben esperar un periodo de 24 horas antes de intentar configurar las llamadas web. Con estos ajustes, la compañía busca alinear su oferta de telecomunicaciones con los estándares modernos de mensajería, aunque ello implique, paradójicamente, fragmentar la experiencia web en dos pestañas distintas para llamadas y mensajes, sacrificando la unificación anterior en pos de una mayor riqueza funcional en la comunicación.